domingo, 1 de julio de 2007

Mundo interior

Parece absurdo estar viva cuando se niega tanto estarlo, parece necio aceptar seguir viviendo cuando prácticamente todo me produce rechazo. Así soy yo, una mujer coherente e ilógica, contradictoria y firme en sus convicciones. Y aquí estoy, aferrándome devotamente a una existencia paranoica, destructiva y solitaria. Creciendo sobre ésta tierra tan inestable, absorbiendo toda la demencia, toda la oscuridad, todo el dolor y toda la belleza que hay en ella. Sin embargo mucho de lo que yo aprecio como horroroso es, para la mayoría una alegría y lo que yo llego a considerar bello, para otros es una total locura de mi parte.
Así me presento, como una constante necesidad de alejarme de lo mundano, de lo general, de lo colectivo y de lo considerado "cotidiano". Y de un irónico lazo invisible que no puedo soltar, que me enreda y me sujeta firme a todo esto. Soy una mujer que quiere aprender a vivir, pero detesta la vida tal como es. Por eso camino bajo las sombras, acechando la luz desde lejos, observándola y analizando su incoherente interacción con la gente.
Habita dentro de mi cuerpo, una dama insondable, oscura protectora de mi soledad. Un alma de un azul muy profundo que rechaza casi todo en ésta vida. De aspecto sombrío y deprimente, me envuelve en su melancolía, inundándome de una misteriosa paz. Me transporta a mundos de fantasía, donde yo reino y dónde nadie viene a reírse ni a asesinarme. Ha tejido, con fuertes hilos de acero, una muralla imponente, que construyó con delicadeza y amargura. Que la aleja cada vez más de la realidad y la limita a unos cuantos pensamientos autocomplacientes. Ésta protectora, no es mala en lo absoluto, solo se refugia porque teme una luz que la rechaza y que no puede contemplar plenamente. A cambio de eso, aprendió a valerse sola entre la penumbra, sintiéndose segura y con una extraña sensación de felicidad. Mi protectora gusta de leer libros donde pueda sentirse reflejada con sus personajes, como cuentos de Kafka o Hesse. También escribe de vez en cuando, pero su autocrítica es muy severa y casi siempre termina destruyendo todo lo que hace. Incluso quiso pintar cierto día y terminó odiando su frustrado intento de artista. La protectora a quien yo admiro y estimo tanto, me detesta, me lo dice todo el tiempo. No entiende mis razones para querer alcanzar algo fuera de éstas tinieblas que me abarcan por completo. Ella no puede comprender que la oscuridad se alimenta de la luz y la luz necesita a la oscuridad para ser quien es. En realidad ésta noble y fría dama ya está muerta, no comprende que necesito que respire un poco de otro aliento, que no sea solo nuestro aliento húmedo y olvidado. Su profunda soledad se infunda en el temor. Mi protectora es a su vez, la mujer más cobarde que yo conozca. De ahí su ensañamiento a apartarse. Pretende así salvarnos a ambas, cuando en realidad me está consumiendo lentamente. Yo la adoro, mi protectora es lo más auténtico y genial en mí, es especial, única, increíble. Pero existe más de una persona dentro de mí y ella tiene que aprender a aceptarlo.
Surge de mi infierno personal otros seres menos destacados, hay una mujer fuerte que nunca se cansa de insistir, una niña soñadora que no quiere envejecer, y una vieja anticipada que se cree dueña de la verdad.

Por eso yo me pierdo constantemente en ésta búsqueda del equilibrio, porque lo necesito desesperadamente, porque no pueden todas éstas almas alborotarme la vida y confundirme la mente. Porque no puede existir tanta ambigüedad dentro de una misma persona, porque debe haber algo que pueda hacer para fusionarme y transformarme en una persona considerada “corriente”, “común”, “normal”.
¿O pretendo, acaso, algo que es ilógicamente inconcebible considerando que partimos de una base podrida y con pocas esperanzas de subsanar?
Todas y cada una de ellas tratan de convivir dentro de mí. Todas y cada una de ellas me encuentran detestable y rechazan la idea de que forme parte. Pero esto es ineluctable, y ellas no pueden hacer nada. Pertenezco, me he presentado ante éste mundo con mi única cara de rosa marchita y le he prometido a la vida que no me dejaría engañar. Pero toda la muchedumbre distante solo ha logrado perderme cada día más dentro de mi refugio ilusorio. ¿Cómo impedir que logren lo que con tanta facilidad han aprendido? ¿Acaso no soy yo, libre, de escoger, apartarme o no de sus macabros juegos?
Por eso me ven aquí, balanceándome en un vaivén suave y exasperante. Dentro y fuera...fuera y dentro...
Ser parte de una estrategia cruel y colectiva o seguir existiendo solo para mí y para las muchas yo que viven en mí. Pretender entusiasmo en un plan que no deseé o demostrarles que yo no he venido para estar.
Soy y no soy, esa es mi cuestión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais.